Película: El Origen - Ensayo

El Origen: Sueño, Persuasión e Inconsciente. Un viaje psicológico a través de la mente humana

Introducción

La película El Origen (Christopher Nolan, 2010) se ha convertido en una referencia obligada cuando se trata de reflexionar sobre los límites entre el sueño y la vigilia, la manipulación de la mente y el poder que tienen las ideas para moldear la conducta humana. Aunque su superficie es la de un thriller de ciencia ficción, el trasfondo es profundamente psicológico. ¿Qué ocurre cuando ya no podemos distinguir entre la realidad y el deseo? ¿Cuánto control tenemos realmente sobre nuestros pensamientos y decisiones? ¿Podemos implantar ideas en la mente de otro sin que lo perciba?

En este ensayo se analizará El Origen desde dos ejes fundamentales: por un lado, desde el campo de la psicología, particularmente desde la perspectiva del inconsciente y los procesos cognitivos relacionados con la memoria, los traumas y la percepción de la realidad; por otro lado, desde el fenómeno de la persuasión, entendiendo la "inception" como una metáfora sobre el poder que otros pueden ejercer sobre nuestras ideas, decisiones y convicciones más profundas.

Desarrollo

1. Psicología del inconsciente y los sueños

Uno de los grandes aportes de El Origen es su representación cinematográfica del inconsciente. La idea de entrar en los sueños de una persona para manipular sus pensamientos se conecta directamente con el psicoanálisis de Sigmund Freud. Para Freud, los sueños representan una vía de acceso privilegiada al inconsciente, un lugar donde los deseos reprimidos y los traumas emergen disfrazados en símbolos y narraciones caóticas. Dom Cobb, el protagonista, es víctima de esto: no importa cuánto controle el escenario del sueño, su inconsciente irrumpe constantemente en la forma de Mal, su esposa fallecida. Ella representa un retorno de lo reprimido, un contenido doloroso que el protagonista no ha podido elaborar ni superar.

Freud sostenía que los sueños funcionan mediante mecanismos como la condensación y el desplazamiento, donde elementos de la realidad se mezclan con deseos inconscientes. Nolan plasma esto visualmente: trenes que cruzan por medio de calles, ciudades que se pliegan sobre sí mismas, arquitecturas imposibles. Todo este simbolismo visual refleja la lógica del inconsciente, una lógica que escapa a las normas racionales de la vigilia.

A la vez, la película introduce el concepto del subconsciente colectivo cuando los sueños son compartidos entre varias personas. Aquí se puede establecer una relación con Carl Gustav Jung, quien desarrolló esta idea como un espacio simbólico compartido por toda la humanidad, lleno de arquetipos universales. Los escenarios que construyen los soñadores en la película reflejan este punto: castillos, fortalezas, paisajes urbanos caóticos, todos ellos reminiscencias de arquetipos compartidos.

2. Memoria, trauma y percepción de la realidad

Desde la psicología cognitiva también se pueden identificar elementos claves en El Origen. La forma en la que Cobb está atrapado por el recuerdo de su esposa muestra cómo los traumas influyen en la memoria y percepción del presente. Los recuerdos, lejos de ser archivos fijos y fieles a lo ocurrido, son reconstrucciones que hacemos constantemente, muchas veces distorsionadas por las emociones. Esto explica por qué Cobb, incluso sabiendo que su esposa es solo una proyección mental, sigue reaccionando emocionalmente ante su presencia en el sueño.

La película también plantea una pregunta crucial: ¿cómo distinguimos entre el sueño y la vigilia? Aquí entra en juego el concepto de realidad subjetiva. La mente humana puede generar realidades que parecen tan vívidas como el mundo exterior. En el trastorno de despersonalización o en casos de esquizofrenia, por ejemplo, los límites entre lo interno y lo externo se vuelven difusos, como le ocurre a Cobb. Así, El Origen refleja no solo el mecanismo onírico, sino también la fragilidad de nuestra percepción de lo real.

3. Inception y la psicología de la persuasión

Pero el tema central de la película es la inception: no robar una idea, sino implantarla de manera que la víctima crea que fue suya. Esta idea conecta directamente con la psicología de la persuasión y el poder de influencia sobre el pensamiento humano.

Autores como Robert Cialdini, en su libro Influence: The Psychology of Persuasion (1984), explican cómo es posible influir en las decisiones de una persona utilizando principios como la reciprocidad, la autoridad o el compromiso. No obstante, lo que plantea El Origen va más allá: no se trata de convencer a alguien a través de argumentos externos, sino de hacer que internalice una idea implantada, creyendo que surgió espontáneamente desde su propio interior.

Esto tiene paralelismos en la vida real, especialmente en contextos como la publicidad, el marketing político o incluso en relaciones interpersonales tóxicas. Muchas veces nuestras decisiones están condicionadas por mensajes sutiles que se filtran en nuestro pensamiento y que terminamos asumiendo como propios. El Origen eleva esta idea al extremo, dramatizando el poder de manipular creencias desde el interior del subconsciente.

A nivel psicológico, la inception se parece al fenómeno de falsa atribución, un sesgo cognitivo en el que una persona cree que una idea es suya cuando en realidad ha sido influida por factores externos. También se relaciona con conceptos como el priming, que consiste en activar ciertos recuerdos o asociaciones mentales para influir en decisiones posteriores sin que la persona sea consciente de ello.

4. La responsabilidad sobre nuestras ideas

El gran dilema ético que plantea El Origen es: ¿tenemos pleno control sobre nuestras ideas o somos productos de influencias ajenas? ¿Cuán auténticos son nuestros deseos? Esta pregunta resuena profundamente en un mundo como el actual, donde los algoritmos, las redes sociales y los discursos políticos moldean nuestra visión del mundo constantemente.

En este sentido, El Origen es una advertencia sobre los peligros de vivir inmersos en narrativas que no reconocemos como impuestas. La película no solo cuenta una historia de acción, sino que actúa como un espejo de nuestras propias creencias: muchas de ellas quizás no sean tan originales como creemos.

Conclusión

El Origen es mucho más que una película de acción o ciencia ficción. Es un ensayo audiovisual sobre la psicología del inconsciente, la fragilidad de la percepción y el poder que las ideas tienen sobre nuestra identidad. Desde la óptica psicológica, la película muestra magistralmente los mecanismos internos por los cuales los traumas no resueltos condicionan la realidad del individuo, así como la facilidad con la que una mente puede ser persuadida, incluso desde sus niveles más profundos.

La ambigüedad del final —con el trompo girando eternamente— es un recordatorio de que muchas veces vivimos en realidades subjetivas creadas por la mente, alimentadas por recuerdos, traumas o ideas implantadas por otros. El Origen nos obliga a reflexionar sobre una verdad incómoda: tal vez no somos tan libres como creemos en nuestros pensamientos, y la construcción de lo que llamamos "realidad" podría ser, al fin y al cabo, un sueño compartido entre influencias internas y externas.

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